Índice de Felicidad 2021

La medición de la felicidad, como magnitud subjetiva, no es tarea fácil. A veces, indicadores económicos excelentes van unidos a un sentimiento pesimista. Ni siquiera los marginalistas del siglo XIX fueron capaces de cuantificar una medida del bienestar, se limitaron a desarrollar una teoría del valor subjetivo: la llamada utilidad marginal.

Las personas que están a gusto en sus trabajos son, aproximadamente, un 12% más productivas

Benham, Menger, Walras o Marshall simplemente definieron el modo en el que las preferencias se pueden ordenar a través de las curvas de indiferencia. Naciones Unidas ha sacado la edición de 2021 del Índice Mundial de la Felicidad (WHRI, por sus siglas en inglés), cuyos datos corresponden a 2020, lo que supone que incorpora el efecto de la pandemia. El objeto del WHRI es medir y utilizar el bienestar subjetivo para rastrear y explicar la calidad de vida en el mundo. Finlandia (7.889 puntos), Islandia (7.575) y Dinamarca (7.515) encabezan el ranking, a pesar de que la baja luminosidad solar en invierno de estos tres países nórdicos les haya puesto fama de tristes. Si se comparan estos índices con la media del trienio anterior, se aprecia que los campeones de esta edición apenas han cambiado su clasificación. ¿Influye una alta renta per cápita en la felicidad?

A pesar del refrán «las penas con pan son menos penas», no está nada claro, tal como refleja la baja posición de Coma del Sur (50). También sorprende que China, el coloso asiático cuya economía más crece, esté en el puesto 52. Finalmente, llaman la atención la 53 posición de Portugal y la pérdida de ocho lugares de Alemania en la actual edición.

La felicidad está relacionada con el trabajo que desempeñamos. En los países occidentales, dedicamos ocho horas diarias a nuestras ocupaciones profesionales, por lo que no es sorprendente que tanto empresarios como empleados se preocupen por medir el clima laboral, la valoración del salario emocional y, simplemente, la felicidad, como expresiones del bienestar individual. Además, un empleado feliz tiende a alinearse con los objetivos de la empresa, es más fácil de retener y puede contribuir a mejorar la productividad.

La felicidad de la sociedad está directamente relacionada con el bienestar de los empleados en sus puestos de trabajo, dado que pasan casi un tercio de su vida trabajando. Basándose en oportunidades de desarrollo profesional, compensación de beneficios, cultura y valores, opiniones de empleados y ex empleados, y sopesando las desventajas percibidas, la revista Business Insider establece una lista de las empresas más felices para trabajar. En el caso de España, las tres mejores (entre las que cuentan con más de 500 empleados) son Almirall, Lilly y Vodafone.

Una investigación de la Universidad de Warwick concluyó que las personas más felices en su trabajo son aproximadamente un 12% más productivas. El psicólogo Shawn Anchor, profesor de Harvard, afirma que las empresas con empleados felices incrementan sus ventas en un 37% y su productividad en un 31%. En España, las empresas comerciales más productivas incluyen a Unilever, Coca-Cola, Nestlé, AB InBev y Pepsi. La inversión en bienestar emocional de los empleados es rentable, atrayendo a los mejores talentos, mejorando la productividad y reduciendo la rotación laboral.

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